jueves, 31 de mayo de 2012

Final de la Estrada Real por Rio de Janeiro y Petrópolis



El último día cruzamos hasta el Caminho Novo para iniciar el descenso hacia Rio. Desde Barbacena hasta la capital, la Estrada original fue sustituida por una autopista estupenda con unas vistas acojonantes. Es todo bajada por la sierra hasta unos 80 km de Rio, con barrancos, cerros y valles que nos alegraron la tarde mientras acelerábamos y tumbábamos después de varios días de carreteras secundarias.

Comenzábamos a aburrirnos cuando se nos ocurrió una gilipollez inspirada en las locuras de Miquel Silvestre: salirnos de la carretera y meternos por una cuesta que iba paralela al barranco cuando…et voilá! Nos dimos de frente con un espectáculo magnífico, una pequeña jungla tupida, espesa, atravesada por un riachuelo en el más total de los silencios. Y todo a apenas un kilómetro de la autopista Washinton Luiz!! De nuevo un momento Satori. Estos encuentros no son casualidad, nosotros los creamos.



Después de disfrutar del Satori seguimos hacia nuestro siguiente destino, la ciudad de Petrópolis, que da nombre a este post. Petrópolis significa “la ciudad de Pedro” (¿qué os dije de los portugueses poniendo nombres?) Eso se debe a que fue construida por Dom Pedro, Rey de Portugal en el año 1843. Don Pedro, que era un gran político de su época, salió por patas de Portugal en el 1807 junto con su padre el Emperador Dom João, dejando que sus súbditos se la pelasen luchando contra las tropas napoleónicas.
Preocupado con ellos, cuando llegó a Rio de Janeiro se dedicó a construirse palacios y residencias para él y su corte. Esto es de agradecer porque Rio de Janeiro está cuajado de estos edificios singulares. Como su séquito sufría mucho con el calor de la capi, decidió fundar una residencia de verano en la sierra y de ahí surgió Petrópolis.

Dom Pedro, como todos los monarcas, muy preocupado con el bienestar de su pueblo, huyó de su país dejándolo en manos de Napoleón 
 Esta sierra es muy japuta. Aquí es donde murieron como chinches el año pasado por los deslizamientos de tierra y lodo que mataron a cientos y que volvieron a hacerlo este año, aunque en menor cantidad y sin tanto bombo de los periódicos (y seguro que el año que viene el drama se repite).  Sufrimos de falta de regulación urbana y la gente más pobre construye de cualquier manera y en cualquier cerro sin considerar que cuando venga la época de lluvias, la desforestación y las ramblas se cobrarán su macabro tributo.

http://noticias.terra.com.br/brasil/noticias/0,,OI4885782-EI17544,00-Chuvas+fortes+provocam+mortes+na+regiao+serrana+do+RJ.html

 Continuamos y de nuevo en plan Miquel Silvestre o Charly Sinewan, o sea sin planear nada, nos encontramos una señal a un mirador y empezamos a subir por unas cuestas empinadísimas…hasta que nos topamos con un lugar maravilloso: un mirador en la cima del cerro desde donde se dominaba la ciudad y la sierra carioca y donde unos críos guapísimos me pusieron el instinto paternal por las putas nubes (no se lo digáis a mi madre! J).


La sierra desde Petrópolis hasta Rio de Janeiro es una bacanal de curvas y vistas kilométricas de apenas 100 km. La niebla normalmente cubre buena parte así que es mejor andaros con cien ojos si no queréis que un camionero sin dormir o un coche sin frenos os pasen por encima…aunque vale la pena cada minuto de tensión por poder contemplar estas vistas.

domingo, 27 de mayo de 2012

Un dentista revolucionario


La Estrada Real tiene un patrocinio que en su momento se lo curró de lo lindo. A lo largo de las 2 vías principales hay unos mojones de madera preciosos que señalan dónde estamos y la distancia a los siguientes mojones.


Gran parte del camino transcurre por tierra y mucha gente lo recorre a pie, como una peregrinación a Santiago de Compostela por carreteras vetustas aunque hoy en día su mantenimiento ha sido bastante descuidado.

Ley Universal: a los chavales les gustan las motos
Cuando planeamos la ruta, Susana y yo pretendíamos dormir en Ouro Preto, lugar donde se unen la ruta Nueva y Vieja de la Estrada…pero para variar nos enamoramos por el camino de otra y no llegamos a nuestro destino. La dama que ocupó nuestro corazón se llama Tiradentes.


Tiradentes es un pueblito viejuno, viejuno, de 1721, destino del turismo histórico y de aventura que se encuentra un valle rodeado de cascadas y riachuelos que hacen las delicias de los amantes del senderismo. Es un patrimonio único, anclado en el siglo XVIII con casas y calles centenarias. Desde su iglesia principal se puede ver el paredón de roca que delimita el valle y cientos de kilómetros de verde esplendor.
Las calles están empedradas con adoquines de un metro de longitud, una maravilla si lo tuyo es resbalar y caerte con la moto delante de un motón de turistas.


El nombre curioso de la ciudad significa “Quita dientes” que es como antiguamente se llamaba a los barberos y es en honor a uno de ellos. Este Tiradentes fue el 1er héroe de la independencia brasileña ya que participó del primer intento judeomasónico…digo nacionalista, que intentó independizar Minas Gerais de Portugal.
http://www.brasilcultura.com.br/historia/tiradentes-%E2%80%93-21-de-abril/

Frustrado por no poder ascender en el ejército y por su mala fortuna en Rio como explotador de minas, Tiradentes se unió a la “conjura inconfidente” junto a varios miembros del clero y de la burguesía local. Hoy en día este hombre es un padre de la patria y tal, precursor de la romántica idea de patria brasileira pero si investigas un poco sabrás que lo que estos mendas querían era que el oro se quedase en Minas y ellos crear su propio chiringuito. Pero ya sabemos que siempre que un país necesita héroes los encuentra. Lo mismo pasa cuando necesita enemigos, ¿eh Bin Laden?

a las niñas monas también les gustan las motos. esta se llama Tassiana

Los sádicos de la casa real quisieron dar ejemplo con él y lo descuartizaron en el cadalso de Rio. Después mandaron sus miembros a las principales ciudades amotinadas para público escarnio. Al final les salió el tiro por la culata porque algunas de estas ciudades tomaron como símbolo el brazo en sus escudos heráldicos.

algunos conspiranoicos dicen que este cuadro era una declaración secreta con  el mapa de un Brasil independiente


El caso es que nos gustó tanto la villa que después de un almuerzo riquísimo de comida minera (carnes asadas, mandioca con cebolla, farofas varias, todo horneado a la piedra) decidimos que Tiradentes bien valía una misa y nos buscamos una posada donde dormir (100 Reales, posada  Bárbara Heliodora, ruidosa de cojones!) y nos dedicamos a pasear, hacer fotos, relajarnos y comer como marqueses.

Este post se lo dedico a un genio de la informática, Kaleth Lusar, quien ha migrado el blog a Wordpress y me ha comprado el dominio. Gracias apañero!!